Dinero, renta nacional y precios

1. Efectos de una alteración en la cantidad de dinero

Supóngase que inicialmente el mercado de dinero se encuentra en equilibrio y que el Banco Central decide aumentar la cantidad de dinero existente en el país. Para ello recurrirá a alguno de los instrumentos comentados en el capítulo anterior (reducción de efectivo mínimo, etc.). Como se ha señalado, los bancos al contar con mayor liquidez se encontrarán con un exceso de caja que tratarán de colocar adquiriendo activos rentables. Supóngase que estos activos consisten exclusivamente en acciones de bolsa y créditos a empresas y familias. Para lograr aumentar los créditos concedidos normalmente los bancos tendrán que reducir el tipo de interés exigido por tales créditos. Así, cuando se incrementa la cantidad de dinero, esto es en términos gráficos cuando la curva de oferta monetaria experimenta un desplazamiento hacia la derecha, aparecerá un exceso de oferta y el tipo de interés se reducirá.
Debe señalarse que el incremento de la demanda de acciones derivado de un aumento en la liquidez elevará la cotización y reducirá la rentabilidad (los créditos y acciones, se reducirán).

El tipo de interés y la inversión

La disminución del tipo de interés hará que las empresas demanden más créditos, tanto para ampliar su equipo productivo como para incrementar las existencias. En otras palabras, la reducción en el tipo de interés provocará un aumento de la demanda de inversión. Asimismo, el alza en la cotización de las acciones bursátiles hará que las empresas se vean estimuladas a ampliar su capital emitiendo nuevas acciones, a la vez que se propiciará la construcción de nuevas empresas.
El empresario considerará primero el equipo o maquinaria de máxima tasa de rendimiento esperado, ya que la empresa obtendrá ganancias endeudándose (comprándolas) en la medida que la tasa de inversión exceda la tasa de interés que se paga sobre los fondos prestados.

El tipo de interés y la demanda de consumo: el “efecto riqueza”

Pero la demanda de inversión no es el único componente de la demanda agregada que se verá favorecido por el aumento de la cantidad de dinero. Piénsese que el aumento de la cotización de las acciones hará que algunos de sus tenedores decidan venderlas, de forma que aquellos que las compraron a un precio más bajo, obtendrían una ganancia de capital.
Se obtienen ganancias de capital cuando por la venta de un activo, por ejemplo una acción, el vendedor recibe más de lo que inicialmente pagó por dicho activo.
La experiencia nos dice que una parte del dinero obtenido con la venta de las acciones se destinará a comprar otros activos, pero otra parte importante se canalizará al consumo de bienes y servicios (aumentó la ganancia de capital de las familias, por lo que su “riqueza” se ha incrementado).

El tipo de interés y la demanda agregada

Resulta, pues, que como consecuencia del aumento de la cantidad de dinero tiene lugar una disminución del tipo de interés y un aumento de la demanda de bienes y servicios por parte de las empresas y familias. Este impulso tiende a ser transitorio. Puede que las empresas decidan subir los precios. Si lo ven como algo permanente, las empresas por ahí deciden ampliar sus instalaciones para que aumente la producción y el número de trabajadores empleados.
El incremento de la cantidad de dinero derivado de una política monetaria expansiva hace que el tipo de interés se reduzca. Esta reducción en el tipo de interés origina un incremento en la demanda de inversión y de consumo haciendo que la curva de demanda agregada se desplace hacia arriba. La renta de equilibrio vía proceso multiplicador experimentará un incremento.
En apartados siguientes se adopta una posición más realista y se acepta que, al alterarse el nivel de demanda agregada, los precios también varían.


Los efectos de una política monetaria expansiva: una visión crítica

Desde una óptica keynesiana, el proceso mediante el que una alteración en la cantidad de dinero afectará a la actividad económica puede presenciar ciertas lagunas.
Las dudas keynesianas respecto a la eficacia de la política monetaria para incidir sobre la actividad y, en particular, para sacar a la economía de una depresión, se justifican en los términos siguientes. Según Keynes, no sólo se demanda dinero para realizar transacciones sino que la demanda de dinero depende del tipo de interés. Si la tasa de interés es elevada, los individuos tratarán de mantener la mínima cantidad posible de dinero, y colocarán el resto de los activos financieros que produzcan interés. Por el contrario, si el tipo de interés es reducido, el público estará más dispuesto a inmovilizar parte de su patrimonio en forma de dinero. De hecho, si la tasa de interés es muy baja, el público puede no desear tener bonos pues si los tipos actuales de interés son muy bajos es de esperar que aumenten en el futuro y cuando esto ocurra los precios de los bonos descenderán ocasionando a los tenedores de bonos una pérdida de capital.



2. La demanda agregada y el nivel de precios

Los modelos macroeconómicos keynesianos del tipo analizado hasta ahora suponen  que el nivel de precios es fijo y determinan la producción únicamente a partir de la demanda agregada. Con objeto de acercar los modelos teóricos a la realidad vamos a aceptar que los precios son variables, lo que permitirá analizar en capítulos posteriores las causas y consecuencias de los procesos inflacionarios.

La demanda agregada y el nivel de precios

Ahora se va a tratar de responder a la pregunta de cómo varia la demanda agregada cuando cambia el nivel de precios, sin que se altere la cantidad de dinero.
Supongamos que tiene lugar una subida general de precios. Este aumento reduce el poder adquisitivo del dinero, o lo que es lo mismo, se reduce la cantidad real de dinero.
Al desplazarse hacia la izquierda la oferta monetaria tiene lugar un exceso de demanda de dinero que lleva a la subida de los tipos de interés; la demanda de inversión experimentará una reducción y consiguientemente se contraerá la demanda agregada.
En definitiva, pues, resulta que un aumento de los precios origina una reducción del gasto y de la renta o producción de equilibrio.
Por el contrario, una reducción de los precios originará una reducción en los tipos de interés y un aumento en la demanda agregada, de forma que el gasto y la renta o producción de equilibrio se incrementará (hay una relación inversa entre los precios y la renta de equilibrio).
La curva de demanda agregada muestra, para distintos niveles de precios, el nivel de producción de equilibrio para el que el gasto planeado es igual a la renta. Esta curva tiene inclinación negativa ya que cuando los precios son más bajos, los sueldos reales son mayores, de forma que se reducen los tipos de interés y aumenta la inversión. Si nos movemos a lo largo de la curva en sentido ascendente la renta disminuye porque la subida de precios reduce el stock de dinero en términos reales, lo que eleva el tipo de interés y, consecuentemente, limita el gasto.

3. La oferta agregada y el mercado de trabajo
La curva de oferta agregada muestra el nivel de producción que están dispuestas a ofrecer las empresas para cada nivel de precios.

Los costos de producción y los precios de los productos: la regla del mark-up

Cuando se incrementan los costos de producción, los precios de venta de los bienes y los servicios subirán y cuando bajan los costos, los precios se reducirán. De hecho, cuando las empresas actúan bajo mercados competitivos y bajo determinados supuestos, el precio es igual al costo medio de producción.[1]
Precio = Costo de producción
El precio del producto se basa en los costos de producción, esto es, que depende del salario, de la productividad del trabajo y del margen del precio sobre los costos laborales. Dado que suponemos que sólo hay dos factores productivos, uno de carácter variable, el trabajo, y otro de carácter fijo, el capital, el costo medio, o costo por unidad de producto, tendrá dos componentes: uno imputable al empleo del trabajo y otro derivable al uso de capital.

Costo derivado del empleo del trabajo

Costo laboral unitario o costo laboral por unidad de producto
=
Número de horas de trabajo necesarias para obtener una unidad de producto
X
Salario por hora
(l x W)

(l)

(W)

Costo de utilización del capital

Costo de capital
=
Margen
X
Costos Laborales


(k)

(l W)
Las empresas fijan un margen o porcentaje constante (K), sobre los costos laborales, con objeto de cubrir el costo de capital.
Fijación del precio

Costo por unidad de producto
=
Costo laboral unitario
X
Costo de capital


(l W)

k (l W)
Así se deduce, con las fórmulas anteriores que:
P = (1 + k) l W
Esta es la ecuación de precios. De esta ecuación se desprende que el precio del producto depende de tres factores:
·         De la productividad del trabajo 1/ l, o de su inversa, esto es, del número de horas de trabajo necesarias para obtener una unidad de producto
·         Del salario, por hora, W.
·         Del margen sobre los costos laborales derivado del empleo de capital, k.
 Cuando aumenta alguno o alguno de estos factores se incrementa el costo de producción y el precio al que las empresas están dispuestas a vender subirá.

Variación de la producción y de los costos

Cuando se incrementa la producción hay que contratar más mano de obra y, al competir entre si las empresas del mercado de trabajo suben los salarios. Por tanto, un incremento de la producción y del empleo hace que suban los salarios.
En el mercado de trabajo, en épocas de auge los salarios tienden a subir y, cuando hay desempleo, los salarios tienden a bajar (o crecer a un ritmo menor).
Algo similar cabe esperar que ocurra respecto al costo de uso del capital, pues al incrementar la producción aumentará la demanda de capital por motivo transacción y el tipo de interés subirá.

4. La curva de oferta agregada en el modelo clásico y en el modelo keynesiano

Al analizar la curva de oferta agregada (que tiene inclinación positiva) cabe optar por dos enfoques alternativos: uno que entronca con las hipótesis de los economistas clásicos y otro con las ideas keynesianas.

La curva de oferta agregada clásica

En el modelo clásico los salarios y los precios son totalmente flexibles. El salario se ajusta para mantener permanentemente el pleno empleo en el mercado de trabajo.
El nivel de pleno empleo del mercado de trabajo corresponde con un nivel potencial de producción; todo el que desea trabajar encuentra trabajo en un tiempo razonable con lo que la tasa de desempleo permanecerá constante. Si se duplican los precios, los salarios nominales también se duplicarán, lo que implica la constancia del salario real.
En el modelo clásico la cantidad producida por las empresas será la producción potencial y no se verá afectada por el nivel de precios. Por tanto, la curva de oferta agregada será una línea vertical en el nivel de producción potencial o de pleno empleo.

La curva de oferta agregada keynesiana

En el modelo macroeconómico de corte keynesiano se ha supuesto que los precios permanecían constantes. Se acepta que las empresas están dispuestas a ofrecer cualquier cantidad de producción al nivel de precios dado, pues se supone que los salarios permanecen fijos.

La oferta agregada: el tramo horizontal

En el contexto del modelo de oferta y demanda agregada que estamos estudiando en este capitulo, el supuesto de precios fijos implica aceptar que la curva de oferta agregada es horizontal (las empresas pueden ofrecer cuanto se demande al nivel de precios dado). Así, los desplazamientos de la demanda agregada solo afectarán a la producción, mientras que los precios permanecerán inalterados. Se basa en el supuesto de que el salario no varía cuando cambia el nivel de empleo.
En realidad, Keynes no supuso que los salarios fuesen absolutamente fijos. Lo que él sí argumentó fue que ante una situación con desempleo en el mercado de trabajo, una reducción de los salarios no garantizaba el logro del pleno empleo.

Keynes y la ilusión monetaria

Dado que en el modelo keynesiano los salarios nominales son inflexibles a la baja, la disminución del salario real exige subidas en el nivel general de precios. Bajo estos supuestos, la curva de oferta agregada presentaría, a partir de niveles de producción próximos al pleno empleo, un tramo creciente.
Cuando los trabajadores actúan de manera de que una variación de los salarios monetarios o de los precios lleva a los individuos a alterar su conducta, aun cuando no varíen los salarios reales, se dice que existe ilusión monetaria en el mercado de trabajo.
Un agente económico actúa con ilusión monetaria cuando reacciona ante los cambios de variables nominales, aun cuando no haya tenido ningún cambio real en su situación.


La curva de oferta agregada “integradora”


Dado que las versiones aquí presentadas de los modelos clásico y keynesiano son extremadamente simplistas, para avanzar en el análisis macroeconómico, en los capítulos restantes se va a adoptar una postura inmediata y suponer que la curva de oferta agregada va a tener inclinación positiva en el sentido de que los precios aumentan conforme se incrementa el nivel de producción. De esta forma se supone que si, por ejemplo, tiene lugar una variación de la cantidad de dinero, esta provoca cambios en la producción. Así, cuando el nivel de desempleo sea muy reducido, los incrementos de empleo serán escasos y prácticamente todo el impacto se reflejará en los precios, mientras que lo contrario ocurrirá cuando la economía se encuentre con elevadas tasas de desempleo.


El equilibrio simultaneo de los mercados de bienes, dinero y trabajo

Si combinamos las curvas de oferta agregada y de demanda agregada determinamos el nivel de producción, empleo y precios de equilibrio en el que se vacían los mercados de bienes, dinero y trabajo.

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